Se podría decir que mentir es algo natural en los seres humanos, pues, aunque sea de forma piadosa o para evitar situaciones incómodas, todos hemos recorrido a la mentira alguna vez, pero, ¿qué pasa cuando la mentira se convierte en una adicción? Aquí es cuando entra en escena la mitomanía, un trastorno en el que la mentira se convierte en el centro de la vida de una persona. ¿Qué es la mitomanía, cuáles son sus causas, cómo reconocer a un mentiroso compulsivo y qué opciones de tratamiento hay para esta condición? Te lo contamos.
¿Qué es la mitomanía?
La mitomanía, también conocida como pseudología fantástica, es un trastorno que lleva a las personas a mentir compulsivamente. Sería algo así como una «adicción a mentir», una utilización de la mentira patológica. Así, la persona que lo padece distorsiona la realidad hasta el punto de poder llegar a creerse sus propias mentiras, algunas veces, para hacer su vida parecer más emocionante y otras sin un motivo concreto, solo por el simple impulso de mentir.
¿Cómo reconocer a los mentirosos compulsivos? Síntomas
Todos mentimos en alguna ocasión, aunque sea por haciendo uso de mentiras adaptativas o funcionales, con el único objetivo de manejar de la mejor forma posible una situación incómoda, por lo que identificar a un mitómano puede ser una tarea complicada. Entonces, ¿cómo reconocer a un mentiroso compulsivo o mitómano? ¿O cómo saber si tú lo eres? He aquí algunas de las señales y síntomas que indican que podrías estar ante un caso de mitomanía:
- Pensamientos recurrentes que incitan a mentir;
- Impulso de mentir difícil de controlar;
- Sensación de satisfacción al no ser descubierto en la mentira;
- Pocas habilidades sociales;
- Niveles de ansiedad altos al sentir que se presenta una oportunidad para mentir;
- Tendencia a mentir que perdura en el tiempo;
- Baja autoestima e inseguridad;
- Las mentiras que cuentan suelen resultar favorables para la persona, dejándolos como los héroes o las víctimas de sus historias.
¿A qué se debe la mitomanía? Causas de la mitomanía
Mentir compulsivamente puede provocar que, a la larga, se genere en el entorno una falta de confianza. Y esta es, precisamente, una de las peores consecuencias de un mitómano, ya que esta condición repercute directamente en sus relaciones, amistades y familia. Pero, ¿de dónde viene la mitomanía y qué causa que alguien se convierta en un mentiroso compulsivo? He aquí algunas de las causas más comunes de la mitomanía:
- Insatisfacción vital: el descontento con la realidad, puede llevar a una persona a crear una versión más gratificante y soportable de sus vidas, distorsionando la realidad hasta que coincida con sus deseos o expectativas.
- Trastornos de personalidad: la mitomanía a menudo se asocia con trastornos específicos de la personalidad, incluyendo el trastorno de personalidad narcisista, histriónica o límite. Estos trastornos pueden predisponer a una persona a mentir compulsivamente.
- Baja autoestima: una autoimagen negativa puede llevar a las personas a inventar historias que las hagan parecer más valiosas, interesantes o dignas de atención y admiración en los ojos de los demás.
- Necesidad de afecto y atención: algunas personas mienten compulsivamente como una estrategia para captar la atención y el afecto de los demás. Inventan o exageran historias para hacerse más interesantes y ganar la simpatía y atención de las personas a su alrededor.
- Factores biológicos: algunos estudios sugieren que puede haber una base biológica o neurológica para la mitomanía en algunos casos, incluyendo diferencias en la estructura y función cerebrales de quienes padecen este trastorno.
- Infancia problemática: las experiencias negativas, los traumas o una educación inestable durante la infancia también podrián contribuir al desarrollo de la mitomanía en algunas personas.
¿Cómo se trata la mitomanía? Opciones de tratamiento para el mentiroso compulsivo
Como ves, no todos los casos de mitomanía son iguales y dependiendo de las causas y las necesidades específicas de cada persona, el tratamiento a aplicar será diferente en cada caso. Uno de los pasos clave iniciales para determinar cuál podría ser la opción más adecuada es analizar el nivel de conciencia del problema de la persona que miente, ya que, al igual que miente compulsivamente en su vida diaria, podría hacerlo también en consulta. Y una vez analizado el caso, ¿cómo se trata el caso de un mentiroso compulsivo? He aquí algunas de las opciones de tratamiento más frecuentes:
- Terapia Cognitivo-Conductual (TCC): esta modalidad terapéutica podría ayudar a los pacientes a identificar y cambiar patrones de pensamiento y comportamiento destructivos o negativos, incluido el impulso de mentir.
- Terapia de grupo: participar en sesiones de grupo podría ayudar a los mitómanos a sentirse comprendidos y apoyados y proporcionarles un espacio seguro donde pueden practicar nuevas habilidades de comunicación y recibir feedback honesto de sus pares.
- Terapias farmacológicas: en algunos casos, se pueden prescribir medicamentos para tratar condiciones subyacentes como la ansiedad, la depresión o algún trastorno que pueda coexistir con la mitomanía.
- Desarrollo de habilidades sociales: las sesiones de capacitación en habilidades sociales podrían ayudar a mejorar la comunicación y la interacción con los demás, reduciendo la necesidad de mentir para ganar aceptación o aprobación.
- Fortalecimiento de la autoestima y la confianza en uno mismo: pordía ayudar a disminuir la dependencia de las mentiras como mecanismo de autoprotección o autoafirmación.
- Mindfulness y relajación: técnicas como la meditación y el mindfulness podrían ayudar a manejar el estrés y la ansiedad, proporcionando herramientas para afrontar la realidad de manera más equilibrada y consciente.
- Intervenciones familiar: incluir a la familia en el tratamiento podriá ser clave, ya que estos entornos a menudo necesitan aprender a lidiar con la dinámica familiar y cómo proporcionar un apoyo adecuado y constructivo.
¿Crees que tienes mitomanía o conoces a alguien que podría estar afectado por ella? Contáctanos. Estamos aquí para ayudarte.
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