Trastornos de conducta alimentaria
Hoy en día, un gran número de personas viven obsesionadas con su peso. Nos encontramos ante una epidemia de trastornos de la conducta alimentaria; trastornos que son enfermedades muy serias, con una fuerte tendencia a la cronificación y a la muerte en algunos casos, y que dejan una estela de disfuncionalidad en quienes la sufren así como en la familia, motivos por los cuales es necesaria una intervención psicológica para su tratamiento y mejora.
Tratamiento de trastornos de conducta alimentaria en Psyteco: Apoyo integral para una recuperación saludable
Anorexia
Es un trastorno alimentario caracterizado por la renuencia a mantener el peso corporal mínimamente aceptable, miedo intenso a aumentar de peso y una imagen corporal distorsionada.
Ese temor a ganar peso se convierte en el centro de todas sus preocupaciones y perturba gravemente el resto de las facetas de su vida; junto con la inseguridad personal para enfrentarse a este problema.
Las personas con anorexia niegan la enfermedad y se perciben gordas en alguna parte de su cuerpo a pesar de presentar un aspecto esquelético, sobreviene la irregularidad menstrual y más tarde la amenorrea o la impotencia en los varones.
Síntomas cognitivos:
- Generalizaciones excesivas: “Cuando comía hidratos de carbono estaba gorda, por tanto debo evitarlos para no estarlo”
- Abstracciones selectivas: “Solo puedo controlarme a través de la comida”
- Magnificación de consecuencias negativas: “Si aumento un kilo, no lo resistiré”
- Pensamiento supersticioso: “Si como un dulce se convertirá enseguida en grasa en el estómago”
- Pensamiento dicotómico (todo o nada): “Si no me controlo del todo no podré controlarme en absoluto”
- Ideas de autorreferencia: “Cuando como parece que todo el mundo me mira”
- Baja autoestima
- Alteraciones de la imagen corporal
- Alteraciones interoceptivas: percepción alterada de los estímulos internos relacionados con el hambre y otras sensaciones como frío, cansancio,…
Síntomas conductuales:
- Dieta restrictiva
- Episodios bulímicos: ingesta desmesurada con vómitos voluntarios
- Uso de laxantes
- Conductas compulsivas, extravagantes, raras
- Hiperactividad: actividad física superior a lo normal.
- Alteraciones del sueño: reducción de las horas de sueño
- Retraimiento social
- Disminución del interés, de la práctica y del placer sexuales.
Síntomas fisiológicos:
- Pérdida de peso del 15% o superior por debajo del peso esperado.
- Ausencia de la menstruación
- Atrofia muscular del esqueleto
- Pérdida de tejido graso
- Presión sanguínea baja
- Caries dentales que se pueden presentar con el vómito autoinducido
- Piel amarillenta o manchada
No se conoce la causa exacta de este trastorno, pero las actitudes sociales sobre la apariencia corporal y los factores familiares juegan un papel importante en su desarrollo. Esta condición afecta con mayor frecuencia a las mujeres (afecta del 1 al 2% de la población femenina y sólo del 0,1 al 0,2% de los hombres), generalmente durante la adolescencia o en los primeros años de la edad adulta.
Tratamiento
El desafío mayor en el tratamiento de la anorexia nerviosa es hacer que el paciente reconozca que el trastorno en la alimentación es en sí un problema y no una solución a otros problemas, lo cual significa que los individuos ingresan al tratamiento cuando su condición está bastante avanzada.
El objetivo del tratamiento es restaurar el peso corporal normal y los hábitos alimenticios, así como resolver luego cualquier problema psicológico. En algunos casos, se puede recomendar la hospitalización del paciente (generalmente cuando el peso corporal cae por debajo del 30% del peso esperado).
La anorexia nerviosa es una condición médica seria y potencialmente mortal. Algunos estudios calculan que conduce a la muerte en el 10% de los casos. Los programas de tratamiento con trayectoria tienen una tasa de éxito de dos tercios en la recuperación del peso normal, aunque es común que haya recurrencia.
Las mujeres que desarrollan este trastorno a temprana edad tienen una posibilidad de recuperación completa. Sin embargo, la mayoría de las personas con esta condición seguirán prefiriendo estar en un peso corporal bajo y estar preocupados hasta cierto punto por los alimentos y las calorías. El manejo del peso puede ser difícil y es posible que se requiera un tratamiento a largo plazo para ayudar a mantener un peso corporal saludable.
La presencia de cualquiera de las siguientes complicaciones sugiere una enfermedad severa, con la posibilidad de requerir hospitalización:
- Deshidratación severa que posiblemente lleva a shock cardiovascular
- Arritmias cardíacas relacionadas con la pérdida de músculo cardíaco y desequilibrio de electrolitos
- Desequilibrio de los electrolitos (como la insuficiencia de potasio)
- Desnutrición severa
- Deficiencia de la glándula tiroides que puede llevar a que se presente intolerancia al frío y estreñimiento
- Aparición de vello corporal fino similar al de los bebés (lanugo)
- Edema o distensión
- Disminución en el conteo de glóbulos blancos que lleva al aumento de la susceptibilidad a las infecciones
- Osteoporosis
- Erosión y caries dentales con el vómito autoinducido
- Convulsiones relacionadas con el cambio de líquidos debido a la diarrea o vómito excesivos
Sobreingesta compulsiva
La sobreingesta compulsiva se caracteriza por episodios repetitivos de voracidad o atracones, reconocidos por la persona como hábitos alimentarios anormales que están fuera de su control.
Generalmente, los comedores compulsivos presentan niveles de sobrepeso moderados o graves, pero se diferencian de los obesos en que no presentan métodos extremos para perder peso. A su vez, se diferencian de los pacientes anoréxicos y bulímicos en que no presentan un temor exagerado a ganar peso ni una severa insatisfacción con su imagen corporal.
La sobreingesta compulsiva podría definirse según los siguientes criterios (Williamson, Davis, Duchmann y cols., 1990):
- Episodios recurrentes de voracidad (atracones)
- Los atracones tienen una alto contenido calórico
- Esfuerzos repetidos por seguir una dieta y frecuentes variaciones de peso
- Reconocimiento de que sus hábitos alimentarios son anormales y están fuera de control
- Afecto negativo antes y/o después de un atracón
- Ausencia de métodos extremos para perder peso, como purgarse
- Ausencia de un temor exagerado a ganar peso
Es posible a través de una adecuada terapia psicológica modificar este tipo de hábitos mejorando también el estado psicológico y emocional de la persona.
Bulimia
La bulimia es una enfermedad que se caracteriza por comilonas o episodios recurrentes de ingestión excesiva de alimento, acompañados de una sensación de pérdida de control. Luego, la persona utiliza diversos métodos, tales como vomitar o consumir laxantes en exceso, para evitar aumentar de peso.
La persona bulímica también puede sufrir de anorexia nerviosa, un trastorno en la alimentación que involucra una pérdida de peso crónica y severa que progresa a inanición; sin embargo, muchos bulímicos no sufren de anorexia.
La mayoría de los pacientes que presentan bulimia tienen un peso normal, aunque también obesos. Este trastorno puede empezar en la adolescencia o en el principio de la edad adulta.
Al ser un comportamiento secreto y no presentar una pérdida de peso tan acusada como en la anorexia, suele pasar desapercibida durante mucho tiempo.
Síntomas cognitivos:
- Distorsión de la imagen corporal
- Excesiva preocupación con respecto a la figura e imagen corporal
- Valoración estética negativa de sí misma
- Hábitos obsesivos- compulsivos
- Sentimiento de falta de control sobre la conducta de comer o durante los atracones
- Perfeccionismo
- Comportamiento excesivamente orientado hacia el logro
Síntomas conductuales:
- Ingestión excesiva de alimento: episodios recurrentes de atracones
- Vómito provocado
- Uso inapropiado de diuréticos y laxantes
- Dieta estricta o ayuno
- Verificación constante del peso
- Ejercicio físico intenso para prevenir la ganancia de peso.
Síntomas fisiológicos:
- Pancreatitis
- Caries dental
- Inflamación de la garganta
- Anormalidades electrolíticas
- Deshidratación
- Estreñimiento
- Ruptura/ rompimiento del esófago
- Hemorroides
Con la bulimia, se presentan episodios de ingestión excesiva de alimentos con una frecuencia de varias veces al día durante muchos meses.
Dichos episodios provocan una sensación de autorrechazo, que lleva a la adopción de comportamientos compensatorios, como el vómito provocado o el ejercicio excesivo. Una persona con bulimia consume también laxantes, diuréticos o enemas en forma excesiva con el fin de evitar el aumento de peso.
Tales comportamientos pueden ser muy peligrosos y llevar a que se presenten complicaciones médicas graves con el tiempo. Por ejemplo, el ácido estomacal que se introduce en el esófago (el tubo que va de la boca al estómago) durante los vómitos frecuentes puede causar daños permanentes en esta área.
Las mujeres resultan afectadas con más frecuencia que los hombres. La persona afectada generalmente es consciente de que su patrón de alimentación es anormal y puede experimentar miedo o culpa asociada con los episodios de ingestión excesiva de alimento y purgas. Aunque el comportamiento generalmente es secreto, las claves para descubrir este trastorno incluyen actividad excesiva, hábitos o rituales de alimentación peculiares y verificación frecuente del peso. El peso corporal usualmente es normal, aunque la persona se puede percibir a sí misma con sobrepeso. Si la bulimia está acompañada de anorexia, el peso corporal puede ser extremadamente bajo.
Tratamiento
El tratamiento se centra en romper el ciclo de ingestión excesiva de alimento y purga. Puede incluir técnicas de modificación de la conducta, así como terapia individual, de grupo o familiar.
La bulimia es una enfermedad crónica y muchas personas afectadas continúan presentando síntomas a pesar del tratamiento. Las personas con complicaciones menores de bulimia que tienen voluntad y son capaces de iniciar una terapia tienden a tener una mejor oportunidad de recuperación.
Para su tratamiento es necesario la participación de un equipo multidisciplinar, formado por psicólogos, médicos y asistentes sociales. No obstante, el principal problema para este tratamiento es la negativa del paciente a reconocer que la padece, a aceptar que tiene este problema y a incrementar la ingesta de calorías y por tanto aumentar de peso.
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