EN EL DÍA DEL PADRE, PIENSA CÓMO AYUDAR A TU HIJO/A
Qué mejor forma de celebración del Día del Padre que buscando el modo de ayudar a tu hijo/a.
El papel de padre o madre lleva asociado el deseo de que los/as hijos/as se encuentren bien, en todos sus ámbitos, lo que corresponde a su salud física pero también en el ámbito social, emocional, académico… Y a ello se destinan cantidad de esfuerzos desde el momento de su nacimiento. De forma acertada muchas veces y otras no tanto, cada padre y madre desempeñan su difícil tarea educativa con el objetivo de preparar a sus hijos/as para el enfrentamiento de su futuro.
En este proceso y como es lógico, surgen dudas, interrogantes y no pocas dificultades que hacen que en ocasiones haya que buscar algún tipo de apoyo.
Y así, en aspectos a los que como padres/madres no llegamos, acudimos al pediatra o a cualquier especialista médico, hablamos con profesorado, entrenadores/as, monitores/as, canguros, buscamos apoyo para una materia académica que se resiste… pero…
¿qué ocurre si la dificultad que observamos es de comportamiento?
¿o emocional?
¿o social?
Cuando el apoyo que se prevé necesario tiene que ver con el ámbito psicológico es posible que aparezcan resistencias; a veces por nuestra parte y otras por la suya.
Nos parece que como padres/madres tenemos que estar preparados para abordar un problema académico, conductual, comunicativo, social o emocional de nuestros hijos/as sin tener en cuenta que nuestra implicación y estado emocional puede dificultarnos hacerlo de forma apropiada. Y quizás, acabar afianzando el problema que deseábamos abordar.
Pongamos un ejemplo:
Si mi hijo/a es tímido/a y le cuesta relacionarse con los demás, mi interpretación adulta empezará a generar una preocupación con respecto a las dificultades que esta situación puede llegar a acarrearle en un futuro y pretenderé por todos los medios que su timidez desaparezca
Y ¿de qué modo?
Lo más frecuente suele ser que le insista, le sermonee, le intente hacer ver lo negativo de su timidez… Además, le buscaré constantes actividades sociales para que se relacione o al contrario, puede ser que le sobreproteja para que no tenga ninguna. En momentos de relación social estaré hipervigilante para ver que ocurre. Todo ello, hará que mi hijo/a perciba esta situación y acabaré transmitiéndole todos mis miedos sobre el tema, acentuando esa dificultad y generando una inseguridad aún mayor ya que le quedará la sensación de que él tiene algo malo, que no es capaz de afrontar y se sentirá perdido/a.
En cambio, si analizo de forma objetiva su dificultad, tengo estrategias para comunicarme con mi hijo/a adecuadas, así como habilidades para gestionar mis propias emociones y también para apoyarle en la gestión de las suyas, el apoyo será sin duda mucho más efectivo; llegando a solucionarse cualquier dificultad social, emocional, conductual e incluso a veces también académica.
Supera las Dificultades
Tu poder como padre o madre es tal que, actuando de modo apropiado podrás ayudar a que tu hijo supere muchas dificultades sin necesidad de que él llegue a recibir un apoyo psicológico directo, que si bien es cierto que no pasaría nada negativo por ello, puede ser que prefieras que no lo haga o quizás él se resista al mismo.
En conclusión, ante cualquier dificultad o problema que observes en tu hijo/a, hay mucho que tú puedes hacer. No es necesario que él reciba un tratamiento psicológico ya que en muchas ocasiones, la solución aparece cuando tú sabes cómo has de actuar y afrontar la situación en cuestión.
A partir de ahí, podrás ayudarle a cambiar, a mejorar y en definitiva a lo que es tu objetivo: que sea feliz.
En PSYTECO podemos ayudarte en la difícil tarea de educar. Consúltanos en el teléfono 987 26 32 88.
PSYTECO, Lancia nº 3, especialistas en Psicología Familiar y apoyo educativo.
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