CONTRA LA HOMOFOBIA: Educación y Respeto
El pasado 17 de Mayo se celebró el Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia. Este año, la celebración de este día coincide en un momento en el que estamos inmersos en la pandemia por coronavirus y toda la vorágine informativa que esta genera. Por ello, otros temas e informaciones alternativas parecen pasar a un segundo plano.
Desde PSYTECO no queremos dejar de hacer mención a este día y sobre todo a lo que consideramos las mejores vacunas contra este mal: la educación, el respeto y la cordura.
La celebración de días específicos de lucha contra determinadas situaciones como es este caso, surge porque aún siguen existiendo actitudes de incomprensión y de no respeto. Algo que desde el punto de vista ya no sólo sexológico sino humano resulta incomprensible pero que sigue siendo así en muchos sectores, territorios o personas.
Como primer dato paradógico tenemos el hecho de que no fue hasta 1990 cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) decidió eliminar la homosexualidad de su lista de enfermedades mentales.
Pero de forma previa, ya había voces como la de Simone de Beauvoir, nacida en 1908, que apuntaba que “lo ideal sería ser capaz de amar a una mujer o a un hombre, a cualquier ser humano, sin sentir miedo, inhibición u obligación”.
Y en estas palabras queremos apoyarnos para hacer visible que aún hoy en día, muchas personas siguen sintiendo miedo por amar a quien aman, por desear a quien desean. O por expresar sus afectos y sus deseos de un modo o a una persona determinada por el simple hecho de que otras personas lo consideren poco adecuado.
Y ¿qué acaba provocando este miedo?
En algunos casos, la decisión de inhibir o esconder el propio derecho a expresar la propia sexualidad de un modo que haga feliz y en otros, la necesidad de luchar para ejercer este derecho, con la consecuencia de someterse, como mínimo, a juicios o valoraciones sociales. Aspectos que no permitirán una vivencia apropiada de la sexualidad sino que propiciarán los miedos, inseguridades, dudas e insatisfacciones.
La sexualidad, o lo que es lo mismo, cómo nosotros y nosotras, hombres y mujeres, sentimos y vivimos el hecho de ser seres sexuados no puede llevar asociada la palabra obligación.
¿Quién más que uno/a mismo/a puede decidir sobre su propia identidad sexual?
¿o sobre su orientación del deseo?
¿o sobre la forma en la que decide expresarlo?
¿Qué autoridad tiene ningún gobierno, ninguna religión, corriente cultural o política para decidir si el sentimiento y la vivencia de una persona están bien o mal?
¿No tiene cualquier ser humano derecho a vivir y expresarse como “ser sexuado” de forma que le haga feliz?
No olvidemos, pues, empezar a vivir nuestra sexualidad desde el conocimiento, la aceptación y el amor incondicional a nosotros/as mismos/as, porque sólo desde ahí, podremos expresar la atracción, el el deseo y el amor hacia otras personas de manera libre, sana y feliz.
Y si lo hacemos así, transmitiremos también este valor a quien educamos, convirtiéndonos en una importante referencia para la formación de su sexualidad. De este modo quizás consigamos poco a poco erradicar actitudes homófobas y de odio hacia cualquier forma de expresión de identidad, orientación o de género.
Si quieres leer más sobre este tema, te invitamos a que visites el artículo que publicamos en nuestro blog el año pasado con motivo de este día, pinchando aquí.
En PSYTECO contamos con una UNIDAD ESPECIALIZADA única y exclusivamente en SEXOLOGÍA. EDUCACIÓN SEXUAL Y TERAPIA DE PAREJA, con profesionales formados específicamente en la materia.
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L.B.P.
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