El filósofo español Ortega y Gasset afirmaba “somos lo que hacemos”. Las investigaciones neurológicas parecen demostrar su aserto de hace 70 años. La capacidad intelectual de una persona puede incrementarse. Según el profesor Mercado, director del Neural and Cognitive Plasticity Laboratory de la Universidad de Búfalo, “la experiencia puede resultar tan importante como la genética en la determinación de la capacidad intelectual”. Ramón y Cajal afirmó que el aprendizaje involucra cambios plásticos funcionales en las propiedades de las neuronas o en sus interconexiones.
Por tanto, gracias a la plasticidad de nuestro cerebro podemos mejorar nuestras habilidades cognitivas, como cuando aprendemos a resolver problemas o recordamos cualquier detalle o evento. La plasticidad es la capacidad del cerebro para remodelar las conexiones entre sus neuronas.
Durante años se pensó que una vez que morían las neuronas, éstas se perdían para siempre. Sin embargo, las investigaciones han demostrado que el cerebro es mucho más plástico y que gracias a ello, tenemos capacidad para renovar o reconectar sus circuitos neuronales para así realizar nuevas tareas.
Por tanto, aprovechemos esta característica de nuestro cerebro para:
– Desarrollar nuestras capacidades con entrenamiento tengamos la edad que tengamos!: Talleres de Memoria y Estimulación Cognitiva para adultos y personas mayores; Programas de Desarrollo de Inteligencia para niños y adolescentes
– Programas de Psicoestimulación Cognitiva en enfermos de Alzheimer, Parkinson, demencias…
– Programas de Atención y Estimulación temprana
– Programas recuperación del daño cerebral en enfermos con ACV, parálisis cerebral…
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