«Otra vez me ha vuelto a ocurrir….»
¿En qué momento nos damos cuenta de que podemos estar sufriendo una disfunción sexual?
¿Cómo sé que no se trata de un hecho puntual?
Cuando un hombre, una mujer, una pareja… tiene una dificultad sexual un día aislado no se le suele dar mucha importancia. Normalmente achacamos la dificultad sexual a factores externos. “Estoy estresado/a, cansado/a” “es una mala temporada”, “había bebido un poco de más”, “estaba nervioso/a”. Pero hay que tener en cuenta que si esto se repite y empieza a ser frecuente, empieza a generar una serie de emociones negativas: decepción, inseguridad, rabia, ansiedad, vergüenza, agobio… Estos factores no sólo no ayudarán a la superación de la disfunción sexual sino que además la empeorará. Además, si esto no se afronta correctamente puede generar un distanciamiento en la relación de pareja, que sin duda agravará la situación.
No tener deseo sexual durante un tiempo continuado, no controlar la eyaculación, no sentir placer ni disfrutar en la relación erótica, evitar cualquier encuentro erótico, no mantener la erección durante el tiempo deseado, sentir dolor en el momento del coito… son dificultades sexuales que hombres y mujeres pueden vivir en sus encuentros eróticos.
Aunque en algún momento os parezca imposible, cualquier disfunción sexual tiene solución. La mayoría de las veces puede solucionarse mucho más rápido de lo que puedas imaginar.
Es importante pedir ayuda a alguien especializado en SEXOLOGÍA Y PAREJA. De esta manera conseguirás superar esta dificultad y disfrutar plenamente de tus encuentros eróticos. ¡VIVE UNA SEXUALIDAD FELIZ!
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