Para aprender se precisa interés, motivos y técnicas; si nos falla alguno de ellos, estudiar puede convertirse en una difícil e ineficaz tarea.
Antes de iniciar nuestra intervención, analizamos los hábitos de cada alumno/a así como las estrategias de estudio que desarrolla hasta el momento:
Las condiciones ambientales de estudio: Lugar de estudio (temperatura, iluminación, disposición…)
Las condiciones físicas: relajación, fatiga, tiempos de descanso
Aspectos motivacionales: Objetivos, metas; Organización del tiempo/ trabajo
Organización del tiempo/ trabajo: Plan de estudio diario, semanal, mensual; Agenda
Actitudes y conductas tanto en clase como fuera de ella: atención/ distracción; participación y presencia activa
Una vez analizados los hábitos del alumno, conviene ayudarle a corregir aquellos que dificultan el estudio eficaz, instaurando los más adecuados a su estilo cognitivo y a su personalidad y reforzando los que se consideran apropiados, a través de un Programa de Técnicas de Estudio dirigido a mejorar:
- Actitud y motivación ante el estudio
- Ambiente externo
- Organización, planificación y horario de estudio
- Preparación de las evaluaciones y exámenes
- Aprovechamiento de la clase
- Concentración- atención- fatiga mental
- Control de ansiedad y relajación ante exámenes
- Entrenamiento de un Método activo de estudio:
- Prelectura: lectura rápida
- Lectura analítica: lectura comprensiva, subrayado
- Esquematizar, resumir.
- Memorizar: técnicas de memoria, repaso.
- Autoevaluación